Después de seis años de vida, el Coro Severo Ochoa por fin fue invitado a dar dos conciertos fuera del territorio marroquí: nada más y nada menos que en el Ministerio de Educación y Ciencia y en la Iglesia de San José de Madrid.
Tras dos semanas de exámenes y estrés los miembros del coro nos encontramos en el puerto de Tánger, el miércoles 13 de Diciembre, con Madrid como destino. Un cansado viaje en barco y tren, con ensayo improvisado en la cafetería del mismo, en el que Luis se enfrentó –a pulso- con algunos de los chicos del coro, y como no, en el cual nadie durmió lo suficiente.
Llegamos a Madrid el jueves por la mañana y nos fuimos derechitos al Hostal Nuria, en la calle Fuencarral pero como las habitaciones aún no estaban listas para alojarnos no tuvimos más remedio que dejar las maletas e ir a desayunar en el, ya nuestro, Starbucks Coffee y dar el primer paseo por la Gran Vía. Después de comer, un ensayo –que Luis no perdona ni una- y luego dispusimos de toda la tarde libre: nos dividimos en pequeños grupos, algunos de paseo por la Gran Vía, otros por centros comerciales y algunos a ver el Bernabeu. Pero todos, todos, gastando el dinerito de nuestros padres. La noche del jueves cenamos y dimos una vuelta pero regresamos pronto al hotel, ya que al día siguiente teníamos dos conciertos y debíamos cuidarnos la voz.
El viernes por la mañana el Coro se dirigió a la Subdirección General de Cooperación Internacional, de la que depende nuestro instituto. Ahí nos recibieron responsables de la Subdirección y de la Inspección. Tras un pequeño reposo en la cafetería cantamos dos piezas y salimos rápidamente rumbo al Ministerio de Educación, donde íbamos a encontrarnos con la Sra. Ministra, Dña. Mercedes Cabrera Calvo-Sotelo. Una vez en el Ministerio y tras haber entonado otras dos canciones ante un numeroso público entre el que estaban no solo la Ministra sino otros muchos responsables del Ministerio, se le hizo entrega de un regalo, con nuestras firmas incluidas. Finalmente, después de una larga sesión de fotos, abandonamos el Ministerio y tuvimos de dos horas para comer. A las 16h nos dirigimos a la Iglesia de San José, una iglesia barroca muy impresionante, cuya localización no fue difícil ya que estaba tapada por un enorme póster de George Clooney.
Y así fue. Definitivamente, el concierto de Madrid fue uno de los mejores que ha dado el coro durante toda su trayectoria, un concierto en el que más de un asistente se emocionó. Además, teníamos un público selecto. Justo después del concierto nos encontramos con antiguos profesores del centro -una pena que no pudiese asistir Eduardo Olivar, de filosofía-. Allí estaban Pilar, Alejandro, Sonia, Juanjo, Gloria...; y hemos de decir que tanto asistentes como coristas estábamos verdaderamente emocionados.
Luis nos dejó estar fuera hasta las dos –cosa que unos pocos no supieron respetar- y la mayoría aprovechamos para ir al cine, cenar y divertirnos celebrando el éxito del coro y despidiéndonos de Madrid y regresando al hotel para descansar un poco.
La vuelta fue cansada. Desde las 6 de la mañana despiertos: primero el tren a Algeciras, luego el autobús a Tarifa, la caminata hasta el puerto y finalmente el barco. Pero llegamos a Tánger, con el cartel de BIENVENU A VOTRE PAYS dándonos la bienvenida, y recordándonos que todo había vuelto a pasar demasiado rápido.
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